V

 

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LA CRÍTICA

 

¿Le dedican tantísima literatura porque es un genio,

 o es un genio porque le dedican

tantísima literatura?

 

¿Tenemos posibilidad de elección en el mundo de hoy? ¿Estamos seguros de ser libres para escoger en una sociedad dominada por los poderosos medios y las técnicas de manipulación? ¿Puede alguien sentirse seguro de no estar manipulado?  Publicidad y propaganda, dos poderosos resortes que, junto a los medios de difusión en manos de unos pocos, deciden lo que las masas deben pensar.  Con tal presión bien difícil es ser uno mismo y tener independencia de criterio.

La responsabilidad, la importancia y el poder que tienen los críticos en la cuestión que nos ocupa está fuera de toda duda.  Para los que no tienen personalidad ni criterio propio en materias artísticas, que es la mayoría, su palabra va a misa.  Nadie se atreve a contradecirles.  De ellos depende, en gran medida, el surgimiento de nuevos prestigios y de ellos depende, en colaboración con los galeristas, la imposición de los nuevos productos.  En realidad se trata de una auténtica e inteligente organización de marketing.

Este tinglado económico es tan poderoso que está por encima de todo razonamiento.  Aunque somos muchos los que lo denuncian, nuestra voz es la voz del que clama en el desierto. Ellos están apoyados por la muchedumbre de papanatas que acuden a esas exposiciones deslumbrados por el precio que se paga, por la estupidez de los compradores y por la codicia de los coleccionistas que no buscan más que hacer buenas inversiones.

Muchos ven en esa afluencia a las ferias y certámenes de arte contemporáneo la prueba de la aceptación de este arte por una gran mayoría.  En esto se fundan también las autoridades administrativas para financiar y apoyar mediante subvenciones y premios lo que ellos consideran cultura.  Si se trata de obtener buenos resultados financieros no les falta razón, pero no deja de ser una especie de timo.  “Timotecas” los llamó un joven y famoso escritor a algunos museos.

¿Quiénes son los críticos?

No nos gustaría englobar a todos pero podríamos asegurar que en su mayoría son escritores frustrados.  Algunos confiesan que les hubiera gustado ser artistas pintores o músicos.  Es raro, pero posible, de vez en cuando, encontrar a alguno con sensibilidad.

Los críticos son un elemento más de los medios de comunicación.  Los responsables de estos medios los seleccionan, generalmente al azar, entre un grupo de periodistas previamente adoctrinados por los teóricos.  Suelen estar llenos de resentimiento.  Pero lo más lamentable es su propensión al soborno.  El regalo, bien de los galeristas o de los propios expositores, es algo normal y admitido, salvo honrosas excepciones.

Cuando a alguno de los grandes escritores se le ocurre hacer en uno de sus escritos una alusión a determinado artista contemporáneo, indirectamente, está ejerciendo una labor de crítico. Por supuesto, casi siempre vendrá a resultar una apología de ese artista.  A esto, y ya con una biografía del mismo, se suelen sumar otros escritores, que con sus apologías no quieren ser menos.  Al final el biografiado acaba convirtiéndose en una institución o un mito.

 

 

Retrato de Inocencio X de Velázquez (1649) y una “instalación” de hierro sobre una pared

 

A partir de aquí ya nada importa que los apologistas, llenos de prejuicios y adoctrinados con los tópicos de los teóricos, de los que anteriormente hemos hecho alusión, sepan o no algo de arte.  El prestigio universal del biografiado se incrementará como una bola de nieve y ya nadie se atreverá a discutirlo.

Decía Paul Valéry ya en 1938 que ‘la literatura se ha vuelto ama y señora todopoderosa…  El valor o la estimación que se concede a una obra pictórica en un momento dado dependen del talento del escritor que la ensalce o la hunda.  No hay cosa amorfa, memez de colorido o anamorfosis arbitraria que no pueda imponerse (…) por vía descriptiva o explicativa

 

Introducción

I.  La evolución del arte    

II.  El rey desnudo

III.  Las causas

IV.  Los creadores

V.  La crítica  <<<

VI.  El mecenazgo

VII.  La Iglesia

VIII.  El Estado

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